jueves, 6 de noviembre de 2014

Virus del Nilo Occidental


¿Qué es el Virus del Nilo Occidental?

Es una enfermedad infecciosa febril causada por un arbovirus denominado ‘Virus del Nilo Occidental’ o ‘West Nile’, que es transmitido por varias especies de mosquitos hematófagos (se alimentan de sangre) del género ‘Culex’ y algunos del género ‘Aedes’.                                                                                                  Estos mosquitos, que actúan como vectores, se pueden encontrar en medios rurales o selváticos, así como en medios urbanos y suburbanos. Cumplen parte de su ciclo vital en el agua, ya que sus huevos solo eclosionan en ésta, pasando a la fase de larva. El futuro mosquito vive en el agua alimentándose de materia orgánica y plantas, luego se convierte en una pupa, y finalmente llega a la fase adulta; en total su ciclo de desarrollo dura unas dos semanas. Entre las especies de mosquitos transmisores encontramos el ‘Culex pipiens’, ‘Culex quinquefasciatus’, ‘Culex restuans’, ‘Aedes albopictus’ y ‘Aedes vexans’.

¿Cómo se transmite el virus del Nilo?

Los huéspedes habituales en los que vive el virus son las aves, entre las cuales suele propagarse, sin embargo, si un mosquito ‘Culex’ infectado pica accidentalmente a un mamífero como por ejemplo un caballo o un ser humano, estos se infectan y desarrollan la enfermedad. Se han descrito otras formas menos frecuentes de trasmisión en el ser humano, como por ejemplo las transfusiones de sangre, el trasplante de órganos que provienen de donantes infectados, o bien la transmisión vertical, es decir, la transmisión madre-hijo durante el embarazo. Los roedores también pueden ser picados por un mosquito vector y servir como un reservorio del virus, y si un ave carroñera o rapaz se come uno de estos animales también podría adquirir la infección por vía oral.
El virus del Nilo Occidental se aisló por primera vez en una mujer en el distrito del Nilo Occidental en Uganda en 1937. Hacia el año 1957, aparece un brote en Israel de meningitis grave y encefalitis entre los pacientes de edad avanzada, en el que se reconoció al virus como el agente causal. Desde entonces, la enfermedad se ha extendido a gran parte del mundo, incluyendo África, Europa, Oriente Medio, Asia Central y, más recientemente, América del Norte, en donde apareció por primera vez en 1999 en la ciudad de Nueva York. Desde entonces, se ha encontrado en 48 Estados. El virus del Nilo Occidental fue reportado por primera vez en Canadá en agosto del año 2001 cuando fue descubierto en aves muertas y mosquitos en el sur de Ontario.

Tipos de virus del Nilo

El virus es una pequeña partícula compuesta por una cadena simple de ARN (ácido ribonucleico) y una envoltura exterior. Se han descrito unos cinco tipos de virus: el virus del Nilo tipo 1 y 2 que infecta de preferencia a las aves, los caballos y los humanos. El virus tipo 3 que sólo se encuentra en mosquitos; el virus tipo 4 que se ha descrito en garrapatas y, finalmente, el virus tipo 5, en murciélagos, humanos y mosquitos.
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En cuanto a la distribución mundial de los diferentes tipos de virus encontramos al virus del Nilo tipo 1 en toda la geografía mundial, el virus tipo 2 en Madagascar, África, Grecia, Rusia, Hungría y Rumania. El virus del Nilo tipo 3 en mosquitos de la República Checa, el tipo 4 en Armenia y Georgia, y el virus tipo 5 en la India. La época del año en la que se registran el mayor número de casos de infección es a finales del verano y principios del otoño.

Síntomas del virus del Nilo Occidental

La mayoría de las infecciones por el Virus del Nilo Occidental en humanos son asintomáticas y sólo un 20% de los pacientes afectados -tras un período de incubación que oscila entre 4-14 días- desarrollan un cuadro clínico, generalmente leve y autolimitado. Los síntomas del virus del Nilo Occidental que caracterizan este cuadro son: fiebre, dolores musculares (mialgia), cansancio fácil (fatiga), malestar general, dolor de cabeza (cefalea), erupción rojiza en la piel (exantema maculopapular), diarreas, vómitos, así como dolor e inflamación de los ganglios linfáticos (linfadenopatía).
Existe una forma menos frecuente de la enfermedad, que solo se presenta en el 1% de los pacientes afectados, que es la forma neuroinvasiva, y que se produce por la multiplicación del virus en la sangre (viremia), y su paso al sistema nervioso central al atravesar la barrera hematoencefálica. Una vez dentro del encéfalo, el virus tiene predilección por las neuronas del bulbo raquídeo, los ganglios basales y del asta anterior de la médula espinal.
La forma neuroinvasiva de la enfermedad se ha dividido en tres grandes síndromes: encefalitis por virus del Nilo, que aparece en el 55-60% de los casos, meningitis -en un 30-40%-, y un síndrome similar a la poliomielitis llamado pseudopoliomielitis, que representa el 5-10% de las formas neuroinvasivas. Estos síndromes pueden coexistir en un mismo paciente a la vez.
La encefalitis (inflamación del cerebro) ocurre cuando la infección viral invade el parénquima cerebral, siendo los síntomas los mismos de cualquier encefalitis viral;, entre los más importantes a considerar tenemos la fiebre alta, el dolor de cabeza, la alteración del nivel de conciencia, así como síntomas neurológicos focalizados como la dificultad para hablar (disartria), inestabilidad al caminar, temblores, etcétera. Esta forma clínica es más predominante en ancianos.
En el caso de la meningitis (inflamación de las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal) el paciente tiene fiebre, dolor de cabeza, intolerancia a la luz o fotofobia, y rigidez de nuca. Lo más relevante ante la sospecha de meningitis debe ser la realización de una punción lumbar con el objetivo de extraer líquido cefalorraquídeo y enviarlo al laboratorio para análisis; en este se puede demostrar un aumento en el número de glóbulos blancos, lo que se denomina pleocitosis, sin embargo, las cifras son menores a 500 leucocitos por milímetro cúbico, predominando los de tipo linfocitario; la glucosa del líquido cefalorraquídeo (glucorraquia) es normal.

Diagnóstico y tratamiento de la infección por virus del Nilo

Ante la sospecha clínica de una infección por el virus del Nilo el interrogatorio del paciente es fundamental para conocer signos y síntomas orientativos de infección del sistema nervioso, así como datos epidemiológicos relevantes como lugares y fechas de viajes recientes, actividades en zonas endémicas etcéteras.
Para el diagnóstico de laboratorio se pueden emplear métodos indirectos como la detección de anticuerpos IgM o IgG frente al virus del Nilo por técnicas de ELISA o inmunofluorescencia en muestras de líquido cefalorraquídeo y en suero; la muestra del paciente debe ser tomada entre los días 8 y 21 desde el inicio de los síntomas. Por otro lado, los métodos directos para la detección del virus consisten en la amplificación del ARN (ácido ribonucleico) del virus y el cultivo celular.



Sara Rodríguez

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